El drenaje linfático es una terapia con movimientos afines al masaje, si bien no sea uno, y su función es transportar y quitar líquidos retenidos en el organismo. El procedimiento puede efectuarse en todo el cuerpo y asimismo en la cara.

Cuando hablamos del drenaje linfático, entonces pensamos en la reducción de peso, de celulitis, mejora de la hinchazón, entre otros muchos beneficios estéticos. Hay mitos sobre el tema, lo que lleva a muchas personas a recurrir a las clínicas estéticas en busca de una cirugía a fin de obtener lo que desean, pero acaban frustrándose por no tener el resultado aguardado.

¿CUÁNDO SE INDICA EL DRENAJE Y CÓMO DEBE HACERSE?

El drenaje linfático está indicado solamente para los pacientes que preservan líquidos. Si este no es su inconveniente, el mercado estético dispone de docenas de tratamientos eficientes para la grasa, la celulitis y otros inconvenientes estéticos.

Por norma general, quien padece el inconveniente se da cuenta de una diferencia de peso al acostarse y al despertar que puede llegar a una media de dos kilogramos. Por otra parte, usar ropa apretada, también puede revelar si poseemos exceso de liquido o no, ya que quedará fácilmente marcado por una olgadez/apriete de la ropa en las zonas donde por lo general se deposita liquido.

El drenaje linfático no es un masaje, no duele, no deja marcas y no debe hacerse junto con otros masajes. Si tienes el hábito de hacerte varios tipos de masajes, hazlo en días diferentes, a fin de que una no perjudique el resultado de la otra.

Los movimientos son lentos y rítmicos, puesto que la pretensión no es alcanzar los músculos, sino más bien los pilíferos linfáticos, que están sobre el músculo, con lo que la presión es suavísima y relajante. Los efectos se aprecian tras la sesión.

Todo el proceso se hace de forma manual, pese a que hoy día hay aparatos en el mercado que prometen los efectos drenadores, mas sus efectos prosiguen siendo inciertos y ocasionan muchas polémicas entre los profesionales del ámbito. El procedimiento manual prosigue siendo el más conveniente y seguro.

Contraindicaciones del drenaje linfático

Como contraindicaciones tenemos los siguientes casos:

  • Hipertensión no controlada
  • Infecciones agudas
  • Flebitis
  • Trombosis y tromboflebitis
  • Síndrome seno carotídeo
  • Insuficiencia cardiaca descompensada
  • Algunos géneros del trastorno de la piel
  • Asma bronquial y bronquitis asmática crónica
  • Hipertiroidismo
  • Sensación de malestar general
  • Una parte del cuerpo hinchada, dolorida, rojiza
  • Cáncer

En algunos casos, el drenaje linfático solo puede efectuarse con autorización médica. El procedimiento puede ser efectuado tanto en hombres y mujeres una vez a la semana como media. No hay un número de sesiones preestablecido, cambia mucho de persona a persona. Hay casos en los que el tratamiento debe sostenerse toda la vida.

En cuadros extremos de retención, como a lo largo del embarazo (solo tras el tercer mes) y en pre y postoperatorios, el drenaje linfático puede efectuarse todos y cada uno de los días. La cantidad y la periodicidad de las sesiones se determinan a través de consulta y liberación médica.

La media es de diez sesiones preoperatorias y de treinta a cuarenta para postoperatorio. Para embarazos, la media es de dos sesiones semanales del cuarto mes hasta el final de la gestación. Más allá de las ventajas estéticas, cuidar el sistema linfático es sinónimo de cuidar nuestra salud.